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Cualidades de un líder: CAPACIDAD

vendrán

La capacidad va más allá de las palabras. Es la habilidad del líder de decirlo, planearlo, y hacerlo de tal forma que otros sepan que tú sabes cómo, y sepan que te quieren seguir.

—John C. Maxwell

La sociedad que desprecia la excelencia en plomería, porque la plomería es una actividad humilde, y tolera la falsedad en la filosofía porque la filosofía es una actividad elevada, no tendrá ni buena plomería ni buena filosofía. Ni sus tubos, ni sus teorías retendrán el agua.

—John Gardner, Autor

FANFARRIA PARA UN HOMBRE COMÚN

Benjamín Franklin siempre se consideró un ciudadano común. Uno de diecisiete hijos, su padre era comerciante, fabricante de velas que estaba muy lejos de ser adinerado. Tuvo una niñez típica, asistió a la escuela por solo dos años y ya a la edad de doce años trabajaba con su hermano como aprendiz en el oficio de imprenta.

Franklin trabajó duro y vivió una vida sencilla. Gobernaba sus acciones de acuerdo con trece virtudes, basado en las cuales se evaluaba diariamente. A la edad de veinte años comenzó su propio negocio de imprenta. Si hubiera estado satisfecho con lo que había alcanzado, su nombre habría sido poco más que una nota de pie de página en la historia de Filadelfia. Sin embargo, vivió una vida extraordinaria. Fue uno de los padres de la independencia de los Estados Unidos y un gran líder de la nación que nacía. Fue coautor de la Declaración de Independencia, y más tarde ayudó a escribir el Tratado de París y la

Constitución de los Estados Unidos. (Fue el único que firmó los tres tratados.) Durante la guerra, fue seleccionado para llevar a cabo en París una misión diplomática secreta difícil y peligrosa, con el fin de buscar apoyo militar y financiero para la Revolución.

¿Qué fue lo que le dio a un comerciante norteño la oportunidad de ejercer tanta influencia entre los terratenientes adinerados, predominantemente sureños, que encabezaban la guerra de independencia? Creo que fue su increíble capacidad de trabajo.

Por siete décadas, sobresalió en todo lo que tocó. Cuando en 1726 comenzó su propio negocio de imprenta, la gente creía que Filadelfia no podía sostener a un tercer impresor, pero él estableció rápidamente una reputación como el más habilidoso y activo impresor de la ciudad. Pero este logro tampoco lo dejó satisfecho.

Franklin era curioso, y continuamente buscaba formas de mejorar, tanto a él como a otros. Expandió su imprenta al área de edición. Así, publicó el destacado Almanaque del pobre Richard. Hizo importantes experimentos con la electricidad y acuñó muchos términos que siguen en uso hasta hoy. Inventó numerosos artículos tales como la estufa, el catéter, y los bifocales. Y como viajaba frecuentemente por el Océano Atlántico, se encargó de trazar la carta de la Corriente del Golfo. Su actitud hacia la vida podía verse en un aforismo que escribió para su almanaque:

«No escondas tus talentos. Fueron hechos para usarlos. ¿Qué podrá hacer un reloj de sol en la sombra?»

Las evidencias de los talentos de Franklin fueron muchas. Ayudó a establecer la primera biblioteca de Filadelfia. Inició el primer departamento de bomberos de la nación.

Desarrolló el concepto de aprovechar mejor la luz del día. Y tuvo muchos cargos de servicio al gobierno.

Pero más que nada, se le reconoce por su habilidad. A veces, sin embargo, tenía que dejar que su capacidad hablara por sí misma. En cierta ocasión en que trabajaba en el mejoramiento de la agricultura descubrió que la argamasa hacía que los granos y la hierba crecieran mejor. Pero sus vecinos no eran gente fácil de convencer. ¿Qué hizo, entonces?

Cuando llegó la primavera, fue a un pedazo de suelo junto al camino, con sus propias manos cabó surcos en forma de letras, puso argamasa y luego esparció semilla de pasto en los surcos. En las semanas siguientes, cuando la gente pasaba por allí, podía ver letras verdes que crecían más brillantes que el resto del campo. Y pudieron leer, «esto ha sido abonado con argamasa». La gente captó el mensaje.

AL GRANO

Todos admiramos a las personas que muestran gran capacidad, ya sean artesanos de precisión, atletas mundiales u hombres de negocios. Pero la verdad es que tú no tienes que ser un Fabergé, un Michael Jordan o un Bill Gates para destacarte en el área de tu capacidad. Si quieres cultivar esa cualidad, aquí está lo que necesitas hacer.

 1. Revélate cada día

Hay un dicho que dice, “Todas las cosas llegan para el que sabe esperar”.

Desafortunadamente a veces son solo las sobras de las personas lo que llega primero. La gente responsable se revela cuando se espera que lo haga. Pero las personas altamente competentes van un paso más allá. No se aparecen en cuerpo solamente. Vienen preparados para actuar cada día, sin importar cómo se sientan, las circunstancias por las que están pasando, o lo difícil que pudiera parecer el juego.

 2. Mantente mejorando

Como Benjamín Franklin, las personas altamente competentes están buscando siempre maneras de aprender, crecer y mejorar. Lo hacen preguntando por qué. Después de todo, la persona que sabe cómo, siempre tendrá un trabajo, pero la persona que sabe por qué siempre será el jefe.

 3. Busca siempre la excelencia

Nunca me he encontrado con una persona que se considere competente que no continúe siéndolo. Apuesto que lo mismo te ha pasado a ti. Willa A. Foster decia, “!la excelencia nunca es un accidente; siempre es el resultado de una elevada intención, un esfuerzo sincero, una dirección inteligente y una ejecución habilidosa; representa la elección sabia entre muchas alternativas”.

Actuar a un elevado nivel de excelencia es siempre una elección, un acto de la voluntad. Como líderes, esperamos que nuestra gente continúe cuando le pasemos la bola. Ellos esperan eso y mucho más que eso de nosotros como sus líderes.

 4. Logra más de lo esperado

La gente altamente competente siempre corre una milla extra. Para ellos lo suficientemente bueno nunca es suficientemente bueno. En El hombre en su crisis de media vida, Jim Conway escribe que hay personas que sienten “un debilitamiento de la necesidad de ser un gran hombre, y un sentimiento creciente de «vamos a salir de esto lo mejor que podamos”.

No les importa no correr la carrera completa. Terminan el juego sin haber marcado un tanto. Los líderes no pueden darse el lujo de tener esa clase de actitud. Necesitan hacer el trabajo, todos los días.

 5. Inspira a otros

Los líderes altamente competentes hacen más que actuar al más alto nivel. Inspiran y  motivan a su gente a hacer lo mismo. Mientras que algunos dependen solo de habilidades relacionales para sobrevivir, los líderes efectivos combinan esas habilidades con una elevada capacidad para llevar sus organizaciones a nuevos niveles de excelencia e influencia.

 REFLEXIONEMOS

¿Con qué actitud enfrentas el trabajo? ¿Haces todo con entusiasmo y al más alto nivel posible? ¿O a veces sientes que lo suficientemente bueno es suficientemente bueno?

Cuando piensas en personas capaces, estás considerando solo tres tipos de personas:

1. Los que pueden ver lo que debe suceder.

2. Los que pueden hacer que suceda.

3. Los que pueden hacer que las cosas sucedan cuando de veras importe que sucedan.

En cuanto a tu profesión, ¿cuándo actúas consecuentemente? ¿Eres un pensador, un ejecutor o un jugador clave? Mientras mejor seas, más grande será el potencial de influencia que tendrás entre tu gente.

 CONVENCIMIENTO

Para mejorar tu excelencia, haz lo siguiente:

• Pon la cabeza en el juego. Si estás mental o emocionalmente ausente de tu trabajo, es tiempo de que te comprometas otra vez. Primero, rededícate a tu trabajo. Determina darle una apropiada cantidad de atención exclusiva. Segundo, averigua por qué has estado ausente de tu trabajo. ¿Necesitas nuevos retos? ¿Estás en conflicto con tu jefe o compañeros de trabajo? ¿Estás en un trabajo que te parece un callejón sin salida? Identifica la fuente del problema, y establece un plan para resolverlo.

• Redefine el nivel. Si no te estás desarrollando a un nivel consistentemente alto, examina de nuevo tus objetivos. ¿Estás apuntando demasiado abajo? ¿Estás tomando atajos? Si es así, aprieta tu botón mental, reorganízate y traza expectativas más exigentes.

• Busca tres medios para mejorar. Nadie se mantiene mejorando si no tiene intención de hacerlo. Haz una pequeña investigación para encontrar tres cosas que puedas hacer para mejorar tus habilidades profesionales. Luego, dedica tiempo y dinero para hacerlas.

 PARA EXTRAER DIARIAMENTE

Leí un editorial en el Texas Business no hace mucho que decía, «Realmente somos la generación perdida, jadeando y resoplando a lo largo de la pista que nos lleva a ninguna parte, siempre buscando la dirección del dólar. Esa es la única meta que reconocemos. No tenemos creencias en qué basarnos, ni tampoco límites éticos».

Tú no eres mejor que tus parámetros privados. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste un trabajo poniendo en él lo mejor de ti, aun cuando nadie, excepto tú, lo supo?

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