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El poder de la NO-venganza

La falta de seguridad no significa necesariamente no hacer nada. Todo lo que significa es que cualquier “hacer” se vuelve no reactivo. Recuerda la profunda sabiduría subyacente a la práctica de las artes marciales orientales: No te resistas a la fuerza del oponente. Rendirse a superar.

Dicho esto, “no hacer nada” cuando estás en un estado de presencia intensa es un transformador muy poderoso y sanador de situaciones y personas. En el taoísmo, hay un término llamado wu wei, que generalmente se traduce como “actividad sin acción” o “sentado en silencio sin hacer nada”. En la antigua China, esto era considerado como uno de los más altos logros o virtudes. Es radicalmente diferente de la inactividad en el estado ordinario de conciencia, o más bien la inconsciencia, que se deriva del miedo, la inercia o la indecisión. El verdadero “no hacer nada” implica la falta de seguridad interna y el estado de alerta intenso.

Por otro lado, si se requiere acción, ya no reaccionarás desde tu mente condicionada, sino que responderás a la situación desde tu presencia consciente. En ese estado, tu mente está libre de conceptos, incluyendo el concepto de no violencia. Entonces, ¿quién puede predecir lo que harás?

El ego cree que en tu resistencia reside tu fuerza, mientras que en verdad la resistencia te separa del Ser, el único lugar de verdadero poder. La resistencia es debilidad y miedo disfrazado de fuerza. Lo que el ego ve como debilidad es tu Ser en su pureza, inocencia y poder. Lo que ve como fortaleza es debilidad. Así que el ego existe en un modo de resistencia continua y juega papeles falsos para encubrir tu “debilidad”, que en verdad es tu poder.

Hasta que no hay rendición, el juego de roles inconsciente constituye una gran parte de la interacción humana. En la rendición, ya no necesitas defensas del ego y máscaras falsas. Te vuelves muy simple, muy real. “Eso es peligroso”, dice el ego. “Te lastimarás. Te volverás vulnerable”. Lo que el ego no sabe, por supuesto, es que sólo a través de dejar ir la resistencia, a través de volverse “vulnerable”, puedes descubrir tu verdadera y esencial invulnerabilidad.

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