Suelta y confía.

“Soltar es hacer espacio en tu corazón, es sacar todo aquello que cargamos y que obstaculiza nuestro caminar, nuestro crecimiento y nuestro estar en el presente… Todo aquello que no nos deja seguir elevando nuestra frecuencia energética, elevarnos espiritualmente para vibrar en el Amor. Liberar requiere un trabajo personal, de introspección, de ir hacia dentro y preguntarse cómo está mi corazón y qué es lo que me está estorbando, donde me estoy atorando y qué es lo que no me deja avanzar.

Y qué es aquello que debemos soltar? Pensamientos, ideas, juicios, creencias que adquirimos en la infancia, a través de nuestros padres, maestros, de la sociedad, de la televisión… En el momento presente, ya como adultos, podemos y debemos revisar para determinar si hoy nos son válidos. Algunos de ellos los sentiremos válidos y nos mantendremos fieles a ellos. Otros no lo serán, no tendrán cabida en nuestra vida, sentido ni razón de ser. No nos ayudan, sino que nos estorban y obstaculizan nuestro camino y nuestro caminar. Revisar, tomar conciencia de aquello que ya no nos es válido… y soltar.

También preocupaciones por conflictos que, en muchas ocasiones, no está en nuestra mano solucionar, que no sabemos cómo hacer, que no depende de nosotros el resolver. Debemos confiar, confiar en la Vida, en que todo es como debe ser, en que las respuestas y las soluciones llegan en el momento y el modo indicados… y soltar. Si no hay nada que puedas hacer al respecto en el momento presente, suelta. En otros casos los conflictos son de otros y cargamos también con ellos (del hermano, la tía, la amiga, la madre, el primo). Si está en tu mano ayudar, hazlo y suelta, si no… suelta. Cada uno tiene su camino, cada uno tiene sus dificultades en la vida y es él/ella quien debe enfrentarlas. Es más, puede que, aunque tu intención sea buena, interfieras en su proceso evolutivo. Él/ella deberá encontrar el modo, y si no sabe cómo solucionar, si no depende de él, deberá soltar. Por otro lado, nada podemos hacer por quien no está dispuesto a hacer por sí mismo, no podemos ayudar a quien no quiere ser ayudado.

Soltar los apegos, todo aquello que nos ata: objetos, lugares, situaciones, circunstancias, personas… Pedimos ayuda al Cielo, a Dios, a la Fuente… pedimos una pareja, un trabajo, una mejor situación económica, pero no llegará si nos mantenemos apegados a un solo resultado, a un modo de hacer y de caminar, a una persona o a un lugar, a un trabajo, a una creencia… No avanzamos, permanecemos atorados cuando no soltamos.

Expectativas. Nos aferramos a ellas, buenas o malas. Cuando deseamos que algo suceda de un modo y no sale nos frustramos. Deja que las cosas se den naturalmente, déjate sorprender, fluye con la vida, pon tu vida en manos del Cielo… y suelta las expectativas.

Liberar todo aquello que no está en el momento presente. Rencores del pasado, culpas, pensamientos destructivos hacia otros o hacia nosotros mismos. Guardar rencor, no perdonar, nos impide estar en Paz. Perdonar y perdonarse hace espacio para que lleguen cosas buenas a nuestra vida y nos libera de la culpa y del rencor. Melendi dice en una de sus canciones: “Si la culpa fue mía, perdón… si fue tuya, perdona”. El perdón no tiene que ver con el otro sino contigo… Libera el pasado, suéltalo, déjalo ir, vacía la mochila. Viviendo en el ayer o en el mañana nos perdemos el hoy, el momento presente. Nada podemos hacer con el futuro, incierto, sujeto a variables, con multitud de posibilidades… por qué angustiarse, pues? Libera el presente de la preocupación.

Y cómo soltar? Tomando la decisión de hacerlo, con la intención. Decide liberarte, hazlo por Amor y con Amor. Toma conciencia de todo aquello que estas cargando, aquello a lo que te aferras, aquello que ya no te sirve… y entrégalo al Universo para que sea transmutado en energía más positiva y creativa. Libera tu corazón, limpia, deshazte de todo cuanto te impide avanzar, ser Feliz y sentirte en Paz.”