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Piense en grande, sea grande

Ahora usted está comenzando a vislumbrar el camino  del éxito. Quizás, hasta aquí, usted vivía buscando las razones del éxito y del fracaso fuera de usted. Tal vez usted  hacía, hasta ahora, exactamente como tantos de sus amigos, conocidos y vecinos, que atribuyen los problemas a las difíciles contingencias de la vida, o a la falta de suerte, a la incompetencia del gobierno, o,  aún, a la crisis mundial provocada por el petróleo. Pero, nunca olvide que, aún durante la última guerra mundial, muchos hombres continuaron enriqueciéndose; nunca olvide que, aún ahora, durante la crisis que usted piensa que está embarrando su éxito  financiero, muchos continúan enriqueciéndose.

¡Vamos!, comience a pensar en grande. Salga fuera de ese enredo negativo, que lo amarra a estrechos límites.

Enganche su vagón a una estrella  Suba alto. Piense en grande. Crea que el éxito es su compañero inseparable. Mantenga sus  pensamientos ardientes de entusiasmo y ligados a las buenas cosas de la vida. Siga adelante, con la certeza de  que, cada día, está progresando siempre más y más. No importa de dónde esté usted comenzando. Lo que importa es el modelo, la imagen que  usted creó en su mente aquí y ahora.

Grandes hombres comenzaron como usted, pero se tornaron grandes porque alimentaron permanentemente grandes pensamientos, grandes metas. Alejandro Magno y Napoleón Bonaparte idealizaron grandes conquistas; las obras inmortales de Shakespeare son fruto de sus pensamientos; Benjamín Franklin imaginó la captura del rayo a través de la electricidad para probar que la electricidad y el rayo tienen la misma fuerza; fue el  pensamiento persistente de Santos Dumont el que generó el invento del aeroplano, o sea, de una nave que, aún siendo más pesada que el aire, pudiese volar. Tomás Alba Edison descubrió la utilización de la electricidad e inventó la lámpara, el cine, el fonógrafo, el tren eléctrico y centenares de otros inventos. Puedo continuar citando a otros grandes hombres, como César, Beethoven, Marconi, Padre Landel de Mora, Kennedy, Von Braun, Einstein, Tomás de Aquino, Descartes, Freud, Sócrates, Aristóteles, Juan  XXIII y tantos otros. Puedo citar, además, a Nerón, Hitler, Stalin y otros que usaron negativamente su fuerza mental. Todos ellos, mediante el pensamiento persistente y fuerte, formaron un cuadro mental de lo que deseaban y, con el tiempo, lo que deseaban se convirtió en realidad.

Usted también tiene una bomba atómica en su mente. Podrá dejarla adormecida para siempre; podrá hacerla explotar, destruyendo y destruyéndose; o, también, podrá usarla como una propulsora de sus ideales y de sus deseos saludables.

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